Soy buenista. Creo que los atentados terroristas que sufren
Europa, África, Oriente Próximo y Asia tienen un único origen, pero
motivaciones muy diversas: desde la pura maldad de unos individuos,
hasta los intereses de las grandes potencias y de las grandes fortunas
del mundo. Soy buenista. Creo que, si bien algunos de esos
atentados, antes de consumarse, han podido ser neutralizados por los
cuerpos y fuerzas de seguridad de los Estados, es imposible librarse de ellos empleando solamente medidas policiales o militares. Soy buenista,
creo que las medidas que de verdad los erradicarían no tienen un efecto
inmediato y no son medidas exclusivamente de carácter militar y
policial. Digo que la solución no será militar y por eso seré tachado
por algunos adalides de la violencia como buenista. Lo soy, y estoy orgulloso de serlo.
(Sigue leyendo en La Marea)
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