¿Son conscientes nuestros líderes políticos de que están jugando con
fuego? No lo parece, a juzgar por lo exultantes que se pasean por el
Congreso, y cómo zanganean de micrófono en micrófono y de tele en tele,
encantados de haberse conocido. La tranquilidad relativa que hasta ahora
hemos vivido en las calles, incluso en los períodos de máxima
movilización social, puede perderse si los ciudadanos perciben que su voto no vale para nada.
Nuestros líderes políticos, todos ellos, tienen una enorme
responsabilidad si se vuelven a convocar elecciones y, de nuevo,
fracasan en el intento de formar un gobierno de cambio: cuando la vía electoral se muestra como una vía muerta, el extremismo y la frustración se alían para incendiar la calle.
(Sigue leyendo en La Marea)
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