En 1511 el humanista Erasmo de Róterdam escribió en latín una obra muy célebre, Stultitiae Laus. La traducción al castellano de ese título ha sido objeto de controversia. Hay quien la llama Elogio de la estulticia; otros, Elogio de la necedad y, muchos, Elogio de la locura.
Ésta última opción, con ser la más conocida, no es la más acertada;
puesto que si Erasmo hubiera querido referirse a la locura habría
escrito insania y no stultitia, como hizo. El diccionario de la RAE define estulticia como necedad, tontería. ¿Qué tiene esto que ver con la polémica sobre los titiriteros encarcelados por, supuestamente, enaltecer el terrorismo? Vayamos poco a poco, porque la cuestión es peliaguda y la tentación de simplificar, grande.
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