En el colegio en el que mi madre daba clase hacían un ejercicio llamado No vivo solo.
Consistía en enseñar a los alumnos algo tan aparentemente sencillo como
eso: que vivimos en sociedad. Muchísima gente necesita unas lecciones
de No vivo solo. Por ejemplo, esas personas (jóvenes y en perfecto estado de salud) que toman un ascensor para subir una sola planta.
Y si para ello tienen que hacer que el elevador, cargado con cinco
personas, se detenga en esa primera planta y que el resto de la gente
pierda su tiempo, tanto peor. Por lo visto usar las lustrosas y amplias
escaleras para subir 15 peldaños es demasiado. Hay algunos que incluso
toman el ascensor para bajar una sola planta… El mundo no tiene
salvación.
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