27.4.05
Una cabezadita...

Ayer a mediodía vi a este trabajador echando una cabezadita. Es una prueba irrefutable de que el calorcillo ha llegado. El hombre se está dedicando a levantar una calle (más) a fuerza de taladro gigante... pero nada disturbaba su sueño. Él controla quién duerme la siesta y quién no en el barrio (ya sé que sólo hace su trabajo).
Ayer a mediodía vi a este trabajador echando una cabezadita. Es una prueba irrefutable de que el calorcillo ha llegado. El hombre se está dedicando a levantar una calle (más) a fuerza de taladro gigante... pero nada disturbaba su sueño. Él controla quién duerme la siesta y quién no en el barrio (ya sé que sólo hace su trabajo).
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