26.1.07
De toda la vida
(OPINIÓN) Parece de coña, pero no lo es: unos zapatos para demócratas. Y los venden en Madrid.
Más de uno y más de cien de los miembros de la generación que ahora ocupa el poder político, económico, cultural, etc. (los que nacieron en los albores del franquismo), puede que sólo tengan de demócratas los zapatos. Aunque digan lo contrario.
A veces no es culpa suya: no se han criado en democracia. No han asumido del todo qué significa la separación de poderes o el derecho a manifestarse en la calle, por ejemplo. Lo aceptan, lo defienden; pero hay veces en que argumentando incurren en contradicciones, en opiniones que delatan que sus cimientos ideológicos no han sido democráticos, a su pesar.
Estos niños grandes del franquismo, ojo, están en la izquierda y en la derecha.
Pensad en ésos que en los setenta pertenecían al FRAP, a la Liga Comunista Revolucionaria o a la Falange y luego han sido ministros, escritores, periodistas...
Gente que se crió en un contexto en el que la violencia, pensaban algunos de ellos, estaba legitimada para obtener fines políticos. La violencia era ejercida por muchos: en el Estado, en la oposición, en los hogares...
Sólo un puñado de personas influyentes de aquella época tenían claro, conceptualmente, qué significaba vivir en una democracia liberal y qué era necesario para construirla.
(Entiéndase "liberal" en su significado exacto, no el que le da gente como Esperanza Aguirre y sus acólitos).
Los pensamientos extremistas y antiliberales (de izquierda y derecha) fueron desapareciendo de la primera línea política gracias a la Transición; pero no han desaparecido del subconsciente de los que ahora detentan el poder (político, económico, cultural, etc).
La primera leche que se mama nunca se olvida, por mucho que uno lo intente. Y los miembros de esa generación han accedido a la mayoría de edad democrática con más de 30 años.
Aunque muchos de ellos hayan contribuido a traer la democracia, luego no han sabido muy bien qué hacer con ella, o cómo funciona.
En fin, el relevo ha comenzado. Pero hasta que en España la clase dominante no haya nacido y crecido íntegramente en democracia no estaremos en un país normalizado.
Cuando llegue ese día no nos amargará la vida escuchar las tertulias radiofónicas ni las declaraciones de algunos políticos.
Sirva esto de homenaje para todos los de aquella generación que, aunque sólo fuera por instinto, sí han sabido qué significa la democracia. Sólo por ellos no hemos involucionado.
(NOTA: Para otro momento dejo el debate de cuánto debe cambiar todavía nuestra democracia para perfeccionarse aún más).
(OPINIÓN) Parece de coña, pero no lo es: unos zapatos para demócratas. Y los venden en Madrid.
Más de uno y más de cien de los miembros de la generación que ahora ocupa el poder político, económico, cultural, etc. (los que nacieron en los albores del franquismo), puede que sólo tengan de demócratas los zapatos. Aunque digan lo contrario.
A veces no es culpa suya: no se han criado en democracia. No han asumido del todo qué significa la separación de poderes o el derecho a manifestarse en la calle, por ejemplo. Lo aceptan, lo defienden; pero hay veces en que argumentando incurren en contradicciones, en opiniones que delatan que sus cimientos ideológicos no han sido democráticos, a su pesar.
Estos niños grandes del franquismo, ojo, están en la izquierda y en la derecha.
Pensad en ésos que en los setenta pertenecían al FRAP, a la Liga Comunista Revolucionaria o a la Falange y luego han sido ministros, escritores, periodistas...
Gente que se crió en un contexto en el que la violencia, pensaban algunos de ellos, estaba legitimada para obtener fines políticos. La violencia era ejercida por muchos: en el Estado, en la oposición, en los hogares...
Sólo un puñado de personas influyentes de aquella época tenían claro, conceptualmente, qué significaba vivir en una democracia liberal y qué era necesario para construirla.
(Entiéndase "liberal" en su significado exacto, no el que le da gente como Esperanza Aguirre y sus acólitos).
Los pensamientos extremistas y antiliberales (de izquierda y derecha) fueron desapareciendo de la primera línea política gracias a la Transición; pero no han desaparecido del subconsciente de los que ahora detentan el poder (político, económico, cultural, etc).
La primera leche que se mama nunca se olvida, por mucho que uno lo intente. Y los miembros de esa generación han accedido a la mayoría de edad democrática con más de 30 años.
Aunque muchos de ellos hayan contribuido a traer la democracia, luego no han sabido muy bien qué hacer con ella, o cómo funciona.
En fin, el relevo ha comenzado. Pero hasta que en España la clase dominante no haya nacido y crecido íntegramente en democracia no estaremos en un país normalizado.
Cuando llegue ese día no nos amargará la vida escuchar las tertulias radiofónicas ni las declaraciones de algunos políticos.
Sirva esto de homenaje para todos los de aquella generación que, aunque sólo fuera por instinto, sí han sabido qué significa la democracia. Sólo por ellos no hemos involucionado.
(NOTA: Para otro momento dejo el debate de cuánto debe cambiar todavía nuestra democracia para perfeccionarse aún más).
1 Comments:
ya ves... se dice que todo empieza con el primero zapato hupss, perdón el primero paso...jejejej
By ofertas algeciras, at 14 de mayo de 2012, 13:21