21.2.10
Una extraña fruta…
Poca gente conoce la historia de ‘Strange Fruit’, canción que en 2009 cumplió 70 años y que abrió las puertas de la fama a la cantante de jazz Billie Holiday. Con una letra sobrecogedora, este tema sirve también de guía para entender el alma de la izquierda en EE UU. Su gestación y repercusión une la lucha por la dignidad de los negros, de la mujer, de los judíos, la libertad de expresión, el comunismo, la democracia y, especialmente, la lucha contra la pena de muerte.
Sumergirse en ‘Strange Fruit’ es comprender un poco mejor Estados Unidos y también nuestra realidad de fanatismos religiosos e ideológicos, extendidos por todo el globo.
La canción fue compuesta, primero como un poema, por Abel Meeropol, un judío neoyorquino afiliado al Partido Comunista de EE UU, quien quedó impresionado al ver las fotos del ahorcamiento popular en Indiana de los negros Thomas Shipp y Abram Smith (en la imagen).
Meeropol era un habitual del Café Society, donde a finales de la década de los treinta entró a cantar Billie Holiday. El autor de la canción es un tipo poco conocido. Empleaba el mote de Lewis Allan (o Allen) en honor a sus dos hijos nonatos, que murieron en el vientre materno.
Quizá los problemas para engendrar que tenía su mujer Anne, y el compromiso político de la pareja, les llevaron a adoptar (cuando estos tenían 3 y 7 años respectivamente) a los hijos de Julius y Ethel Rosenberg, el matrimonio de supuestos espías a sueldo de la URSS, ejecutados en la prisión de Sing Sing en 1953, en pleno auge del macarthismo. El caso alcanzó eco internacional. Picasso, entre otros, escribió en el diario comunista francés ‘L’Humanité’: "Las horas cuentan. Los minutos cuentan. No dejéis que este crimen contra la humanidad tenga lugar".
Billie Holiday hizo suya esta canción y la reservaba en numerosas ocasiones para el final de sus conciertos. Generalmente, tras escucharla, el público quedaba turbado y en silencio. No siempre el auditorio era tan permisivo con semejante mensaje en defensa de los Derechos Humanos y en alguna ocasión Holiday tuvo que salir corriendo de algún escenario ante la amenaza de agresión…
Los hijos criados por el matrimonio Meeropol, Robert y Michael, son autores de un par de libros en los que tratan de exculpar a sus padres biológicos. Las nietas adoptivas del autor de ‘Strange Fruit’, Ivy Meeropol (41 años) y Rachel Meeropol (35 años) están en la primera línea de la defensa de los derechos civiles en EE UU.
Ivy es cineasta, en 2004 estrenó el documental ‘Heir to an Execution’, sobre la ejecución de sus abuelos biológicos. Acaba de dirigir la serie documental ‘The Hill’, sobre el trabajo de los ayudantes del congresista demócrata por Florida Robert Wexler.
Rachel es abogada en el Centro para los Derechos Constitucionales de EE UU (CDC). Se ha querellado contra el ex presidente Bush, el FBI y la CIA, a quienes acusa de espiar las comunicaciones del CDC. Lleva casos como el de Turkmen vs. Ashcroft (contra el antiguo fiscal general de Bush, John Ashcroft), relacionado con las detenciones ilegales y torturas, en el marco de las legislaciones regresivas implantadas en EE UU tras el 11-S. Rachel también es autora de un ensayo sobre las detenciones ilegales en EE UU y de un manual de derecho para presos en el corredor de la muerte.
Basta tirar del hilo de ‘Strange Fruit’ para recorrer la historia de la lucha por la libertad en los últimos 100 años en EE UU. Aquí os dejo con una traducción de la letra de la canción y con un vídeo de Billie Holiday interpretándola. Que su mensaje y sus consecuencias no se olviden.
De los árboles sureños cuelga una extraña fruta
Sangre en las hojas y sangre en la raíz
Negro cuerpo meciéndose en la brisa del Sur
Fruta extraña, que cuelga de los álamos
Pastoril escena del galante Sur
Los ojos desorbitados, la boca retorcida
Dulce y fresco aroma de magnolia
¡Y entonces el repentino olor a carne ardiendo!
Aquí está la fruta para que los cuervos la picoteen
Para que madure con la lluvia, para que el viento la chupe
Para que el sol la pudra, para que los árboles la dejen caer
Aquí está una cosecha amarga y extraña.
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Este artículo está dedicado a Fernando Navarro, autor de 'La Ruta Norteamericana'
Etiquetas: derechos humanos, Estados Unidos, izquierda, música, racismo
3 Comments:
impresionante, conocía la canción ero no tenía ni idea de que iba.
By ceronegativo, at 22 de febrero de 2010, 0:00
Muy interesante, no tenía ni idea.
By eulez, at 22 de febrero de 2010, 12:29
Esto es mucho más de lo que merezco. De corazón, Toño, gracias. Una dedicatoria así en un blog del calibre de La Fragua es mucho. Es fantástico. Consciente o inconscientemente, suelo asociar a la gente que aprecio con canciones. Tú quedas asociado a "Strange Fruit" desde ya mismo.
By Fernando Navarro, at 22 de febrero de 2010, 23:05