18.11.04
"En el suelo yacía un libro de Wladimir Kaminer y Paul pensó que él también podría escribir sobre su experiencia como inmigrante, como Kaminer, ese ruso berlinés de lenguaje simple, ideas simples, historias simples y libros simples, entretenidos y profundos.
Entonces se dijo: Du bist total verruckt! Y navegó por una decena de páginas de Internet en las que encontró, entre otras cosas, un juego en el que se podían lanzar bombas a un poblado iraquí y ver cómo los civiles poco a poco se convierten en terrorsitas.
Mujeres. Para mujeres no tenía tiempo. Más bien tenía tiempo para una habitación encalada, un catre, una silla de enea (acogiendo una vela y un vaso de agua a modo de mesilla de noche)y una ventana de madera. Y una chopera y un río al otro lado de esa ventana. Más bien tenía tiempo para un monasterio.
Jauría. Por qué no usar esa palabra. Por qué no hacer una referencia a Die Kunst und der Raum. Por qué no. Podría escribrir algo al estilo de Safran Foer. Pretencioso, inteligente y enrevante para los mayores de 45. Esos chicos sin oportunidades, pobrecitos. A joderse.
Y sentir lo que es realmente beber para olvidar. Darse cuenta de que esa frase hecha se refiere a una realidad, a algo que uno puede experimentar. De repente uno bebe y todo empieza a sudársela. El siguiente paso es fantasear con que se puede controlar la dosis, los ritmos.
Otra posibilidad es cazar agotando a la presa a fuerza de correr tras ella. Aunque tenga un sprint potente, al cabo de una persecución insitente (las dosis de oxígeno y los ritmos de zancada adecuados), el paso siguiente es descansar un buen rato ante la presa exhausta antes de cargar con ella y llevarla al poblado, al monasterio o a los terroristas iraquíes para asarla y comérsela. Bastaría con consultar al doctor Dennis M. Bramble del departamento de Biología de la Universidad de Utah, en Salt Lake City. Preguntarle sobre las bandadas de buitres que indican dónde hay carroña, y ponerse a correr en esa dirección para llegar antes que las hienas.
La siguiente posibilidad que a Paul le vino a la cabeza tenía que ver con la cabeza. ¿Por qué no darse mechas multitono?"
Entonces se dijo: Du bist total verruckt! Y navegó por una decena de páginas de Internet en las que encontró, entre otras cosas, un juego en el que se podían lanzar bombas a un poblado iraquí y ver cómo los civiles poco a poco se convierten en terrorsitas.
Mujeres. Para mujeres no tenía tiempo. Más bien tenía tiempo para una habitación encalada, un catre, una silla de enea (acogiendo una vela y un vaso de agua a modo de mesilla de noche)y una ventana de madera. Y una chopera y un río al otro lado de esa ventana. Más bien tenía tiempo para un monasterio.
Jauría. Por qué no usar esa palabra. Por qué no hacer una referencia a Die Kunst und der Raum. Por qué no. Podría escribrir algo al estilo de Safran Foer. Pretencioso, inteligente y enrevante para los mayores de 45. Esos chicos sin oportunidades, pobrecitos. A joderse.
Y sentir lo que es realmente beber para olvidar. Darse cuenta de que esa frase hecha se refiere a una realidad, a algo que uno puede experimentar. De repente uno bebe y todo empieza a sudársela. El siguiente paso es fantasear con que se puede controlar la dosis, los ritmos.
Otra posibilidad es cazar agotando a la presa a fuerza de correr tras ella. Aunque tenga un sprint potente, al cabo de una persecución insitente (las dosis de oxígeno y los ritmos de zancada adecuados), el paso siguiente es descansar un buen rato ante la presa exhausta antes de cargar con ella y llevarla al poblado, al monasterio o a los terroristas iraquíes para asarla y comérsela. Bastaría con consultar al doctor Dennis M. Bramble del departamento de Biología de la Universidad de Utah, en Salt Lake City. Preguntarle sobre las bandadas de buitres que indican dónde hay carroña, y ponerse a correr en esa dirección para llegar antes que las hienas.
La siguiente posibilidad que a Paul le vino a la cabeza tenía que ver con la cabeza. ¿Por qué no darse mechas multitono?"
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