28.5.09
Enhorabuena, culés
25.5.09
Felicidades, Pam Davison
Hoy cumple 54 años la actriz Connie Sellecca, que interpretó el papel de Pam Davison (la novia de El gran héroe americano). También fue la agente Christine Francis en la serie Hotel.
De esa brumosa época de los ochenta, no recuerdo muchos otros sex symbols refinados (todo eran Sabrinas y Samanthas Foxes). Connie tiene ahora una empresa de cosméticos, a través de la que vende su pomada, Sellecca Solutions. Qué cosas.
Su cumpleaños llega la víspera de que en Barcelona se inaugure una exposición sobre los quinquis: esos delincuentes juveniles (El Vaquilla, Torete...) de los que se hicieron hasta películas míticas (de Eloy de la Iglesia y José Antonio de la Loma). Se me había olvidado que en Perros Callejeros hay una escena que me traumatizó (creo que era una violación del prota!).
De esa brumosa época de los ochenta, no recuerdo muchos otros sex symbols refinados (todo eran Sabrinas y Samanthas Foxes). Connie tiene ahora una empresa de cosméticos, a través de la que vende su pomada, Sellecca Solutions. Qué cosas.
Su cumpleaños llega la víspera de que en Barcelona se inaugure una exposición sobre los quinquis: esos delincuentes juveniles (El Vaquilla, Torete...) de los que se hicieron hasta películas míticas (de Eloy de la Iglesia y José Antonio de la Loma). Se me había olvidado que en Perros Callejeros hay una escena que me traumatizó (creo que era una violación del prota!).
Etiquetas: carrocismo, cine, idas de olla, nostalgia, ochentosos, posts perezosos que no aportan calidad a este blog
18.5.09
Ausencia de Dios
Por Mario Benedetti
Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.
Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.
Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.
Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.
Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.
Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.
Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.
Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.
Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.
Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.
Etiquetas: literatura, obituarios, poesía, religión
11.5.09
La letra “s”
De la carpeta, Mis Documentos, recupero estas líneas:
"He abierto el programa Word para escribir esto con una sensación como de vértigo. Está muriendo el día: por la ventana entra una luz lechosa, similar a la que vierte la pantalla del portátil sobre mis manos. Suena música de Nicola Povani, el autor de la banda sonora de la película Caro Diario. Quizá por eso estas líneas tengan algo de diario; uno ciertamente discontinuo, pues hace unos cinco años que no escribo en este tono.
Ayer descubrí algo. Tengo un armario antiguo, que me prestó una hermana. El espejo biselado de su puerta está roto. Para tomarle las medidas (encargué uno nuevo) desatornillé una plancha de madera de la parte posterior de la puerta. Una madera ligerísima y rosada. Diría que es de naranjo. No tengo ni idea de maderas.
Los tornillos tenían una pátina de óxido y la cabeza redondeada, como una media naranja. El diente del destornillador se hundía en ellos hasta una profundidad poco usual en estos tiempos.
Mi hermana compró el armario en un mercado de antigüedades al aire libre en un pueblo de Alicante. El mueble debe de tener un siglo, década arriba, década abajo.
El caso es que entre la plancha que retiré y el espejo propiamente dicho, había un cartón lleno de pelusas veteranas (más apelmazadas, de un gris más obstinado) y, perdido desde Dios sabe cuánto, en un pliegue de ese cartón, había un minúsculo papel de revista antigua. En él apenas se apreciaba una letra “s” desgajada de una palabra, y tres líneas de alguna cenefa decorativa estilo art-déco.
Esa letra parecía haber sido recortada para escribir un anónimo".
"He abierto el programa Word para escribir esto con una sensación como de vértigo. Está muriendo el día: por la ventana entra una luz lechosa, similar a la que vierte la pantalla del portátil sobre mis manos. Suena música de Nicola Povani, el autor de la banda sonora de la película Caro Diario. Quizá por eso estas líneas tengan algo de diario; uno ciertamente discontinuo, pues hace unos cinco años que no escribo en este tono.
Ayer descubrí algo. Tengo un armario antiguo, que me prestó una hermana. El espejo biselado de su puerta está roto. Para tomarle las medidas (encargué uno nuevo) desatornillé una plancha de madera de la parte posterior de la puerta. Una madera ligerísima y rosada. Diría que es de naranjo. No tengo ni idea de maderas.
Los tornillos tenían una pátina de óxido y la cabeza redondeada, como una media naranja. El diente del destornillador se hundía en ellos hasta una profundidad poco usual en estos tiempos.
Mi hermana compró el armario en un mercado de antigüedades al aire libre en un pueblo de Alicante. El mueble debe de tener un siglo, década arriba, década abajo.
El caso es que entre la plancha que retiré y el espejo propiamente dicho, había un cartón lleno de pelusas veteranas (más apelmazadas, de un gris más obstinado) y, perdido desde Dios sabe cuánto, en un pliegue de ese cartón, había un minúsculo papel de revista antigua. En él apenas se apreciaba una letra “s” desgajada de una palabra, y tres líneas de alguna cenefa decorativa estilo art-déco.
Esa letra parecía haber sido recortada para escribir un anónimo".
Etiquetas: idas de olla
8.5.09
Señora, Torreiglesias 'rules'
Pincha en la foto del ex-director del programa 'Saber vivir' para ver un vídeo memorable
Etiquetas: humor, montajes, televisión
Tres verdades arbitrarias
...que alguien tiene que decir:
1. Chanquete era okupa
2. Los fans de Star Trek son fans de los Beatles
3. Los fans de La Guerra de las Galaxias son fans de los Rolling
1. Chanquete era okupa
2. Los fans de Star Trek son fans de los Beatles
3. Los fans de La Guerra de las Galaxias son fans de los Rolling
Etiquetas: posts perezosos que no aportan calidad a este blog
6.5.09
¡Noooo! Ibarretxe quiere ir a Ikea
La nueva vida que emprende el ex lehendakari Juan José Ibarretxe puede parecer envidiable: todo el tiempo libre del mundo y una pensión vitalicia (desconozco el montante, pero no será poco). Pero pensemos bien lo que se le viene encima a Juan José:
Todo el día en casa, sin nada que hacer. Levantando los pies para que la asistenta barra por debajo. Molestando. Encima si se le antoja algún plan (ir a Ikea o al cine), hasta que no lo consiga va a estar dando la murga: que si los vascos y las vascas quieren ir a Ikea, que si la sociedad vasca es muy de ir al cine. Así, todo el día: raca, raca, raca…
Yo si fuera su mujer, lo mandaba desde ya al txoko a jugar la partida.
Todo el día en casa, sin nada que hacer. Levantando los pies para que la asistenta barra por debajo. Molestando. Encima si se le antoja algún plan (ir a Ikea o al cine), hasta que no lo consiga va a estar dando la murga: que si los vascos y las vascas quieren ir a Ikea, que si la sociedad vasca es muy de ir al cine. Así, todo el día: raca, raca, raca…
Yo si fuera su mujer, lo mandaba desde ya al txoko a jugar la partida.
Etiquetas: humor, nacionalismo, opinión, política