10.1.05




HUIR

Los que huyen

Huir es una palabra plena de connotaciones contradictorias. Una “huída hacia delante” es una forma de escapar a una responsabilidad. Dejar un trabajo, un sueldo fijo, un país, es considerado, o bien como algo cobarde, o bien como algo valiente. Huir de un campo de concentración, de un secuestro, es algo valiente.
Las envidias que la decisión de huir provocará en la mayoría de la gente harán que, sin duda, el que toma la decisión de abandonarlo todo sea visto como un cobarde. Si encima la decisión implica cobrar un sueldo inferior (lo que en EE UU denominan downshifting), entonces a lo de “cobarde” habrá que añadir lo de "vago" y “fracasado”.
Esas críticas se convierten en odio fácilmente. Se expresan mediante los siguientes reproches: “Claro, como tú no tienes hijos”. “Si se quiere algo hay que sacrificarse”. “¿Qué harás cuando seas mayor y no tengas ni salud ni una pensión?” “En la vida hay que asumir responsabilidades”.

Las expectativas

Las únicas expectativas realmente importantes son las de uno sobre uno mismo. Lo que uno espera de sí mismo. No obstante, las únicas que parecen importantes son las que los demás han depositado en nosotros.

El peaje

Toda decisión arriesgada, de huída, supone siempre el pago de un peaje elevado. En primer lugar, romper algunos lazos sentimentales para siempre. En segundo lugar, perder de vista prolongadamente a gente a la que queremos (familiares, amigos, etcétera) Esa gente “por la que no te irías”. Es difícil averiguar, a priori, si la decisión va a compensar. El miedo es el primer obstáculo. Es un miedo a la libertad, como diría Erich Fromm.

Fuera de España

Salir de España es una decisión difícil porque es complicado encontrar un sitio como España, donde se combina un desarrollo de país del primer mundo con un clima (y todavía algunas costumbres) de país en vías de desarrollo.

El resultado

No hay un resultado definido. Se aprenden idiomas. Se conoce a gente nueva, se crean nuevos recuerdos, se comprueba que es posible empezar de cero en más de una ocasión. Se necesitan menos cosas. Se siente la vida pasar.
Todo puede terminar en una vuelta al lugar de partida. Casi siempre con la sensación de haber vivido auténticamente. No como sucede a la mayoría, en los países industrializados, que vive en una sucesión interminable de días absolutamente iguales los unos a los otros, con un miedo atroz a perder aquellas cosas que nos hacen la existencia algo más llevadera.
Si se tienen nietos o sobrinos, siempre habrá algo que contarles.

Lemas
En el peligro está la salvación. La fortuna sólo sonríe a los que se arriesgan.

Poema
Ítaca, de Constaninos Cavafis.
(Nota: Ítaca es sinónimo de vientre materno o de muerte: el lugar de los que aún no han nacido o de los que ya han muerto. El viaje, la huída, es la vida. Esto nos llevaría a revisar el concepto de "huída". Quizá el cobarde es el que no huye).




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