30.6.05
El Madrid que desaparece
(INFO) No hace muchos meses, esta tienda de la calle Hortaleza de Madrid estaba abierta. Ahora, miles de semillas con nombres exóticos y curiosos se pudren en su interior.
La muerte de este tipo de comercios va más allá de la simple competencia económica. Es una muerte simultánea, correlativa a la desaparción de saberes ancestrales.
Esta tienda desaparece, y ya nadie sabrá que las habas sevillanas eran buenas, qué cura el colinabo rutabagas o qué diablos es el "salsifi".
Pronto, este precioso local que el año que viene hubiera cumplido 125 años, será ocupado por un bar, una tienda de moda, una óptica...
El año en que abrió la tienda de Robustiano Díez Obeso, en 1881, también fue fundado el diario La Vanguardia, nacieron Béla Bartók y P.G. Wodehouse, y murió el compositor Músorgski...
El primer día que abrió sus puertas, Robustiano estaría radiante. Seguro que contrató a algún mozo aprendiz, que vio cómo se le abría un futuro en el mundo del comercio y que dio esperanzas de boda a su novia.
Seguro que la gente se refugió de la lluvia en esta tienda, y hubo discusiones políticas sobre la propiedad de la tierra, y alguna charla científica sobre fertilizantes, regadíos y la reforma agraria.
El nombre de Joaquín Costa debe de haber retumbado cientos de veces en sus paredes, y los postulados fisiocráticos y anarquistas deben de haberse repetido año tras año...
Alguien, seguro, hizo el amor alguna vez en la trastienda.