10.10.06
(HUMOR) Parece Roy Orbison, parece Almodóvar, parece un diseñador de moda setentón. Kim Yong-il es un malo maloso que encajaría muy bien en Marbella, al lado de Imperioso.
Estos días anda revolucionando al mundo con las pruebas nucleares: ese empeño suyo en lo de los misiles demuestra que a Corea del Norte no llega la viagra.
Yo me lo imagino perfectamente vestido de cardenal asiático en un cónclave y en 'Mira quién baila'... y con la pechera abierta y un cadenón de oro en El Rocío.
Ah, y de taxista de Madrid, de los que oyen CadenaDial y Radiolé.
Hace poco pudimos verle en los sanfermines.
Estoy seguro de que Kim, como Sadam, tiene una colección de DVDs de Walt Disney.
En fin. Es un tipo nefasto, pero no únicamente por las pruebas nucleares. Más bien porque deja que la gente se muera de hambre en su país. Porque es un dictador sanguinario. Un estalinista, en suma: arbitrario, torturador, homicida...
Lo de probar misiles ya lo han hecho países que se consideran "respetables": EEUU, Francia... (pero allí ya es fácil conseguir viagra y por eso no hay más pruebas nucleares).
Llevemos a Kim a la Corte Penal Internacional para que pague por todo lo que ha hecho.
O mejor: traigámosolo al Rocío.