24.4.08
Ya podemos olvidarnos...
FOTO: En la imagen, el Premio Cervantes 2008, Juan Gelman, se ejercita para poder seguir escribiendo cosas maravillosas
Etiquetas: humor, idas de olla, ira, literatura, pedantería
10 Comments:
Muy bien escogidas las excepciones
XDDD
Oh, señor Fraguas, hay muchas más excepciones...
Cualquier planetero es válido: Juan José "mujeresenbragas" Millás, Boris Izaguirre y su afilada pluma, Espido "amiCervantesmepareceuntostón" Freire
(¿Alguien sabe por qué diantres escribe en Público esta buena señora?), la ínclita Luchi Echabarriga, de profesión sus plagios, Carmen "vaquerosajustadosporquemeencantasermmujeryyolovalgo" Posadas, y un larguísimo etcétera de otros grandes autores patrios.
La sombra del viento me pareció buenísimo. De Reverte: Bajo la sombra del águila, Cabo de Trafalgar, El húsar, El club Dante, Alatriste, La carta esférica...
¿Millás?: Muerto, Bastardo e invisible.
El Club Dante es de un tal Matthew Pearl, señor anónimo. Aunque, francamente, no me extraña que se lleve a engaño. Para las demás... novelas del amigo Arturito, el académico rebelde, mejor haría usted acudiendo a los originales, principalmente Galdós y Dumas.
La sombra del viento es el futuro de la literatura: novelas juveniles para adultos avergonzados.
Por cierto, a mí tampoco me gusta como novelista, pero, ¿A usted qué le ha hecho el pobre Millás?
Cierto, estimado nos. Fue un desliz, no desconocimiento. Obviamente, me refería a El club Dumas. De Galdós no he acabado todos los Episodios, pero su existencia no resta calidad Cabo de Trafalgar.
¿La sombra del viento una novela para adultos avergonzados? ¡Vaya, yo que siempre he pensado que la Literatura no tiene edad!
En cuanto a Millás, acepto la ironía. Aunque Muerto, bastardo e invisible me sigue pareciendo un buen libro y él un muy buen escritor.
Decía Manuel Azaña que la mejor manera de guardar un secreto en España era escribiéndolo en un libro. Sin duda hoy día corregiría la anterior frase y diría: "en un buen libro"
1º)No es preciso leerse todos los episodios nacionales: basta uno sólo, el primero, titulado "Trafalgar", a ser posible en la edición de Anaya, colección "tus libros". Comprobará usted que la gran novela en cuestión del cicerone de la señora Aguirre es el resultado de sumar la galdosiana a "la sombra del águila", es decir, de añadirle el cainismo castizo y victimista propio(que ni siquiera es suyo, sino más antigüo: "que buen vasallo fuera..." esto es del Cantar del Mío Cid"), más unas cuantas lindezas patibularias de su cosecha; no contento con ello, hasta los mapas incluidos son un descarado plagio adornado de los que aparecen en la antedicha edición.
En cuanto a la investigación erudita, bastará con decir que se menciona a La Traviata, y, atención, a ROCÍO JURADO. Para ser tan académico, no está mal. Es lo que tiene ser tan rebelde, supongo.
2º)Mucho me temo que la literatura, la buena literatura, sí tiene edad. Sólo con mucha indulgencia se adscriben al género infantil o juvenil obras como "El principito", "Alicia en el país de las maravillas" o los cuentos de Andersen o Wilde. Un niño puede disfrutar del despliegue de imágenes y sucesos fantásticos, pero me temo que se hace preciso una cierta edad para sacarle completamente el jugo a las, insisto, las buenas obras literarias, mal llamadas juveniles. Dudo mucho que un niño sea capaz de abarcar completamente "La sirenita" o "El cumpleaños de la infanta". En cambio, me temo que "La sombra del viento" está escrita para todos aquellos que no fueron capaces de siquiera de terminarse "El nombre de la Rosa"...demasiados latines estorbando.
3º)En cuanto a Millás...bueno, como novelista, tiene muy claro, demasiado claro, cuál es su público. Mujeres de mediana edad frustradas y aburridas, pobres émulas de Enma Bovary, pero de ciudad dormitorio. Y a eso se dedica, a bailarle el agua a este público, ni más ni menos, escribiendo aquello que su target quiere leer. Y para no parecerse en exceso a Corín Tellado, bueno, nos ponemos unas gafas de pasta y asunto arreglado.
Jobar, menos mal que no he leído a ninguno de los autores que no le gustan a Toño o a Nos. Espero con impaciencia el próximo fascículo de la colección "Cómo ser un Harold Bloom wannabe".
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Me parece la hostia que el mercado y la publicidad tengan tanto poder como para hacer que un lector potencial se ponga a leer los tebeos bélicos de Reverte, o las palizas adolescentes de Zafón, SIN haber pasado la experiencia de leer a Quevedo, a Céline, a García Márquez, a Proust, a Alejo Carpentier.
¡Qué atraco! No es lo que leen; es LO QUE DEJAN DE LEER. Se irán de este perro mundo habiéndose perdido lo mejor, pero contentos como unas pascuas.
ilex dijo:
Se irán de este perro mundo habiéndose perdido lo mejor, pero contentos como unas pascuas.
¿Te parece poca cosa morirse contento?