19.3.14
Seamos como perros
Es un hombre común, si es que eso existe, y tiene un perro. Un día decide cambiar de vida, abandonarlo todo: casa, trabajo, ropa… Se desnuda, sale a la calle y echa a andar. Su perro le sigue. El perro no dice: “Ahora me viene mal que cambies de vida”, ni “¿qué demonios haces desnudo por la calle?”. El perro no pide explicaciones, no objeta ni prejuzga. ¿Hay que echarse a andar? Andemos. ¿Ahora toca dormir? Durmamos. ¿Ahora, comer? Comamos. Dos son los rasgos principales de un perro: la disponibilidad inmediata para la compañía y el amor incondicional hacia sus dueños. Hubo un hombre que admiraba tanto a los perros que vivía como ellos.
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Etiquetas: animales, Artículos en La Marea, filosofía, perros