La Fragua

Esta Europa: el país que no será

Cuando en 1986 España ingresó en la Unión Europea (entonces Comunidad Económica Europea), recuerdo que proliferó una pegatina con el siguiente lema: “Mi país, Europa”.

Lo que ha pasado este fin de semana en Bruselas es el fracaso de esa idea: Europa como país. No habrá Constitución, ni símbolos, ni puesto en la ONU. Se impone el cortoplacismo y el provincianismo nacionalista de Polonia (que tanto alaba Rajoy).

Existe una serie cómica de televisión, y un libro, titulados: “Sí, señor ministro”. Es la historia de un miembro del Gobierno británico, en los setenta, que luego acaba llegando a ser primer ministro. En uno de los capítulos afirma algo así: “Era necesario que el Reino Unido entrara en la Comunidad Económica Europea… pero para asegurarnos de que Europa nunca llegue a funcionar”.

Misión cumplida.

Zapatero se da por satisfecho. Todos se dan por satisfechos. Yo no. La Unión se ha fomentado sólo en lo económico. Cuando llegaba la hora de la unión política los mandatarios han fracasado. La Carta de Derechos no está incluida en el Tratado y no se aplicará en todos los países… por nombrar sólo un ejemplo.

La catoliquísima Polonia ha contribuido con ahínco a minar el sueño de millones de ciudadanos. La musulmana Turquía nunca hubiera hecho algo así.

Existen dos tipos de líderes europeos: Unos, los que piensan que lo que es bueno para Europa es bueno para cada uno de sus países; otros, los que sólo intentan conseguir lo que creen bueno para sus países, aunque sea malo para Europa.

Es la hora de pensar en un nuevo proyecto surgido en el seno de la UE y paralelo a la UE. Un proyecto liderado por Francia y Alemania, países donde no importa quién gobierne (la izquierda o la derecha), porque está claro que Europa es una prioridad (algo que no está tan claro en el caso de España)

Nadie tiene derecho a robarnos el sueño de que Europa acabe siendo un país. Los que no tienen ese sueño han encorsetado la UE. Dejémosles con su UE y, sin abandonarla, fundemos un nuevo país.

Etiquetas: europa, opinión, política