Ese tema es el que hace que parezcamos gilipollas; así que mejor
déjalo estar, porque pierdo los papeles. Parecemos gilipollas y claro, nos tratan como a gilipollas.
Ya ves: me hierve la sangre y se me nubla la vista. Mejor no me hagas
hablar, porque nadie va a salir bien parado. Ni tú, ni yo, ni nadie.
Porque ese tema, en realidad, es el único tema. No sé ni por dónde empezar. Se me agolpan las ideas en la cabeza y me
indigno. Lo curioso es que da igual por dónde lo pilles, al final
acabas en el mismo sitio: en el tema, el dichoso tema. Porque todo está relacionado. Y lo peor es que es evidente. No importa a quien preguntes: prácticamente todo el mundo está de acuerdo.
Las cerraduras son preguntas y las llaves, respuestas. Los dientes de
una llave son como elementos de una frase: colocados en la manera
adecuada abren la puerta (o responden a la pregunta). Por eso las
palabras llave y clave son el mismo vocablo. Los ingleses usan key para señalar los dos significados. Las próximas elecciones del 26 de junio son una pregunta: ¿Qué realidad queremos construir?En
política, uno puede utilizar muchas llaves para responder a una misma
pregunta, para desbloquear una misma cerradura. Lo que haya detrás de la
puerta, esa realidad por construir, variará –como en un cuento de
fantasía– según la llave o la respuesta elegidas. ¿O quizá no variará
tanto?
Lo último que deseamos es que el PP vuelva a gobernar. No queremos votar
en blanco ni quedarnos en casa (eso favorecería a la derecha); pero nos hemos quedado sin candidato de izquierdas. O mejor: nos han dejado sin candidato. Nosotros no podemos. No podemos votar al PSOE,
un partido que ha traicionado demasiadas veces su palabra; ha asumido
el relato de la derecha (su mismo diagnóstico de la situación económica)
y acaba de dejar en bandeja al PP una mayoría de bloqueo en el Senado
que hará difícil una muy necesaria reforma constitucional.
Dime cómo ordenas los canales de la tele y te diré quién eres
¿Son necesarios los debates políticos teniendo sobre la mesa la polémica descomunal del orden de los canales en la tele?
Vale, no es una polémica tan descomunal; pero fijaos: en el uno va La1,
en el dos, La2 y… ¿en el tres? Aquí llega el primer bache.
En Catalunya mucha gente en el tres tiene TV3 y, en Madrid, todavía muchos televidentes (sobre todo los más añosos) ponen Telemadrid, aunque el bajón en la calidad de esa cadena ha hecho que en la mayoría de los casos sea Antena 3 la que ocupe ese lugar.
En otras comunidades, sin embargo, en el tres siguen resistiendo sus canales autonómicos.
Pero sigamos: en el cuatro, Cuatro; en el cinco, Telecinco (evitad
la rima fácil, gracias) y en el seis, La Sexta. A partir de aquí…
océanos procelosos, sistemas cabalísticos y agrias polémicas para
establecer un orden.
Primero tenemos que advertirlo: hay mucho haragán que, según se sintonizan los canales automáticamente en la tele, así los deja. No hay datos oficiales, así que nosotros hemos hecho lo que se hace en estos casos: una encuesta en Twitter.
Y ¡sorpresa!, parece que los tuiteros son entusiastas del orden de los
canales. De los más de 700 participantes, un 70% siempre los ordena,
frente a un 30% que los deja como vienen.
El Word se empeña en corregir la expresión "una mesías". Debe ser que Bill Gates
no conoce a ANOHNI. Son las cosas del patriarcado: "Hay que darle la
vuelta a todo esto. Una vez dije que no pienso perder el tiempo con el
cristianismo a menos que sus seguidores comiencen a celebrar a Jesús
como una niña, o una mujer o una madre, lo que prefieras".
Desde hace años, Antony Hegarty (Chichester, Reino Unido, 1977) habla de sí misma en femenino y se hace llamar ANOHNI,
en mayúsculas: "Es un nombre inventado y está lleno de pequeños
significados privados". Para la conversación que mantiene desde Nueva
York vía Skype con TENTACIONES, elige el avatar de un loro. Quizá
porque, al estar de promoción, le tocará repetir las mismas ideas una y
otra vez. Ironía captada. Este 6 de mayo ha lanzado Hopelessness,
un disco cercano a la electrónica experimental en el que alerta contra
la hipervigilancia, la pena de muerte, el cambio climático y los ataques
con drones. Un álbum que marca un importante giro en su trayectoria, y
que presentará por primera vez en Europa en junio como cabeza de cartel
del festival Sónar de Barcelona. Visto el contenido de la charla, no sería raro que los chicos de la NSA, la Agencia Nacional de Seguridad de EE UU, nos grabasen, así que, ¡un saludo para ellos!
Sánchez, Iglesias y Rivera están jugando con fuego (y no lo saben)
¿Son conscientes nuestros líderes políticos de que están jugando con
fuego? No lo parece, a juzgar por lo exultantes que se pasean por el
Congreso, y cómo zanganean de micrófono en micrófono y de tele en tele,
encantados de haberse conocido. La tranquilidad relativa que hasta ahora
hemos vivido en las calles, incluso en los períodos de máxima
movilización social, puede perderse si los ciudadanos perciben que su voto no vale para nada.
Nuestros líderes políticos, todos ellos, tienen una enorme
responsabilidad si se vuelven a convocar elecciones y, de nuevo,
fracasan en el intento de formar un gobierno de cambio: cuando la vía electoral se muestra como una vía muerta, el extremismo y la frustración se alían para incendiar la calle.
Fue a mediados de los años ochenta cuando, por primera vez, sentí la
necesidad de tener una prenda de vestir de una marca determinada: era
una camiseta azul con la palabra y el logotipo de Nike perfilados en una
fina línea blanca. No podía ser más simple. Se la había visto a algunos
compañeros de clase y yo quería la misma. Necesitaba ese símbolo sobre
mi pecho para molar tanto como ellos. Abruma recordar hasta qué punto llevar una u otra prenda de vestir podía suponer un retroceso en la jerarquía de los compañeros de clase o de los amigos del barrio. Luego llegaron las zapatillas Karhu, el plumífero bicolor marca Rock Neige y de ahí… boom: caí, como casi todos, en el marquismo.
Un marquismo del que, me temo, nunca terminamos de desembarazarnos del
todo. Ni siquiera los que pasan por ser íntegros militantes anticapitalistas.
[Este artículo aparece en el dossier que la revista La Marea del mes de enero dedica a la Filosofía, a la venta en quioscos y aquí]
Forman parte de la generación de españoles supuestamente mejor
preparados de la historia, pero en la reciente campaña electoral los
treintañeros Pablo Iglesias y Albert Rivera protagonizaron un célebre resbalón al tener que citar una obra de Kant. Primero, el líder de Podemos habló de la Ética de la razón pura -obra inexistente- cuando debió referirse a la Crítica de la razón pura;
luego, el líder de Ciudadanos, después de afirmar que Kant era uno de
sus “referentes”, tuvo que reconocer que no había leído ninguna de sus
obras… Tenía que ser precisamente Kant, el gran filósofo de la
Ilustración. Un movimiento -todavía vigente- que busca dotar al
individuo de las herramientas conceptuales necesarias para luchar por su
propia libertad. Si la tarea en el siglo XVIII era sentar las bases
para la emancipación individual y colectiva de los grilletes de la
jerarquía católica y del Antiguo Régimen, en el siglo XXI esos grilletes
han mutado en nuevas formas de dominación y sometimiento del
individuo: amenazas, miedos y desafíos ante los que la filosofía sabe
hacer frente. Sin embargo, casi nadie -al menos entre la clase
política- parece interesado en reivindicarla. Hemos olvidado la
filosofía y, lo que es más grave: hemos olvidado que la hemos olvidado.
Si te gustó la temporada diez, con la once vas a alucinar
Me enganché a esta serie hace casi 30 años, cuando terminaba la segunda
temporada. Desde muy pequeñito he seguido los andares de sus personajes.
Algunos han muerto, otros han desaparecido (están protagonizando spin offs que casi no tienen audiencia) y, por último, otros personajes están recién llegados. Todo relato histórico puede verse como una serie de televisión o una saga cinematográfica al estilo de StarWars.
Tras ganar las elecciones generales, el candidato vencedor comparece
solemne ante la prensa y sus militantes: “Afortunadamente los electores
han pensado que soy el menos lamentable”. ¿Cabe imaginar algo así? No,
claro. Aunque probablemente ése vaya ser el criterio de cientos de miles
de votantes para decantarse por una u otra opción (máxime visto el
debate de anoche). Pese a todo, lo normal es que analistas, tertulianos y
políticos interpreten siempre en positivo los
resultados (tanto de las encuestas como de los debates y de los
comicios) con generalizaciones del tipo de “los votantes han visto que
nuestro proyecto, nuestro candidato y nuestro equipo son los mejores
para guiar al país”, o bien “la ciudadanía ha enviado un mensaje claro,
los españoles quieren que los partidos se pongan de acuerdo”.
Yo tenía una compi de clase a la que casi se le veían los piojos
haciendo ejercicios gimnásticos, saltando con gran elegancia de su
cabeza a las nuestras. Con la vuelta al cole vuelven los piojos. ¿Os acordáis de cuando, de pequeños, nos envolvían la cabeza en una toalla con vinagre, o cuando nos rociaban con Filvit, mamá, Filvit champú?La cosa en nuestro cole llegó a tal extremo que todos los demás
problemas y cuestiones pasaron a un plano secundario. Lo importante ya
no era hacer los deberes, ni preparar los exámenes. Lo importante eran
los piojos. Todo lo demás quedó olvidado. Algo así está pasando en política...
El español es el único animal que tropieza dos veces con el mismo
ladrillo. En estos años de crisis en los que derechos sociales y
laborales conquistados durante décadas han quedado barridos por la
agenda neoconservadora (falsa y erróneamente llamada liberal), los Gobiernos de PSOE y PP han perdido un tiempo precioso que podrían haber dedicado a sentar las bases de un nuevo modelo productivo.
Rescatados los bancos (rescatadas, pues, las grandes fortunas
familiares, dueñas de todo lo demás), el sector inmobiliario comienza a
dar señales de disponerse a repetir los errores del pasado.
La palabra no está llena de significado patriótico en Grecia, y el primer ministro Alexis Tsipras lo sabe. Cada 28 de octubre los griegos celebran el Día del no.
Es una fiesta nacional. Conmemoran la resistencia a la invasión
germano-italiana en la Segunda Guerra Mundial. En 1940 Mussolini, por
medio de su embajador en Atenas, lanzó un ultimátum al primer ministro
Ioannis Metaxas. Debía permitir que las tropas del Eje tomaran
posiciones en territorio griego. El ultimátum fue presentado en la
Embajada… de Alemania. Si Metaxas no cedía, Grecia sería invadida. La
respuesta del primer ministro griego ante el ultimátum de Italia y
Alemania fue lacónica: “No”. Y la guerra estalló.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, advirtió el lunes a los nuevos gobiernos locales y autonómicos que deben cumplir las leyes. Lo dice Montoro, ese ministro cuyo Gobierno incumple la ley sistemáticamente, pero sólo a favor de los poderosos y los ricos.
Por primera vez en 26 años, la derecha no gobernará en el Ayuntamiento
de Madrid. Y eso ha sido posible por el trabajo de un montón de
voluntarios, militantes y ciudadanos pero, también, por la personalidad
de Manuela Carmena, la persona llamada a ser la nueva alcaldesa de
Madrid. El cambio está servido, si no ocurre nada raro en las
negociaciones entre los partidos que han entrado en el Consistorio (y si
no asistimos a un nuevo tamayazo, que nos conocemos y aquí hasta que no veamos a Carmena con la vara de alcaldesa no nos terminaremos de creer nada). En Madrid la derecha ha gobernado 65 de los últimos 75 años. La pregunta ahora es evidente, ¿por qué Manuela ha logrado el milagro de desalojar a los conservadores?
Yo venir en son de paz, aunque yo hablar como gran jefe indio. En la mercadotecnia electoral este año triunfar el infinitivo. PP elegir el eslogan “Trabajar. Hacer. Crecer” y, muchos meses antes, el PSOE, haber elegido la frase: “Ser socialista es hacer”.
A los ciudadanos la política exterior española nos interesa lo justo
(siempre que los gobernantes no nos metan en una guerra, claro), por eso
está pasando relativamente desapercibida lo desastrosa que viene siendo la acción del Gobierno en el exterior.
Y es curioso, porque el ministro de Asuntos Exteriores y de
Cooperación, José Manuel García Margallo, es de los miembros del
Ejecutivo mejor valorados, según el CIS (eso sí, en un Ejecutivo en el
que nadie aprueba). Hay varios casos que demuestran lo absolutamente
fallida y errática que está siendo la política exterior española llevada
a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy.
“La política es algo demasiado importante como para dejarla en manos de
los políticos”, decía Konrad Adenauer. En España, desde 1978, hemos ido
delegando cada vez más en esa borrosa realidad que llamamos así: los políticos. Ahora muchos se quejan de la casta de los políticos, pero si esa casta existe es porque nosotros lo hemos permitido.
Nunca hemos sido un país con gran tradición de participación ciudadana
en la política. El mero hecho de que a uno le toque formar parte de una
mesa electoral ya es recibido como un contratiempo. Una mesa electoral,
ciudadanos contando los votos de otros ciudadanos para decidir, entre
todos, quien gobierna ¿hay mayor expresión de civilización y democracia?
Pues da igual: nos parece un marrón.
José Ignacio Wert llevaba ya más de un año de ministro de Educación y
Cultura cuando uno de mis mejores amigos, en una conversación con otros
colegas, dio a entender que no sabía qué aspecto físico tenía Wert. Otro
amigo, con no demasiado aprecio por el ministro, le contestó: “Se parece a Fétido Adams”.
Mi amigo tampoco sabía cómo era Fétido Adams. Nunca había visto ni a
Wert ni a Fétido. Es una de las personas más felices que conozco. Como
él, muchísima gente no sabe, no contesta. Por supuesto, no son personas ni menos preparadas, ni menos inteligentes. Simplemente no viven pendientes de las noticias, no están informadas.
Transcripción del discurso de Pablo Iglesias en la Puerta del Sol #MarchaDelCambio
Llevo unos días buscando la transcripción del discurso de Pablo Iglesias el 31 de enero de 2015 en la Puerta del Sol de Madrid, con el que culminó la llamada 'Marcha del cambio' organizada por Podemos. Como no he logrado encontrar ninguna transcripción completa, he dedicado un par de horas a hacerla yo, a partir de esta grabación en vídeo, para que quien quiera disfrute, se escandalice, se ilusione, discrepe, se aterre o permanezca indiferente ante sus palabras. O simplemente decida no leerlas. Personalmente me parece un discurso desafortunado en las formas y en algunas ideas de fondo, pero eso lo explico en otro lugar.
Antes, pego aquí la nube de los conceptos más empleados en el discurso. La he elaborado con Wordle:
Discurso de Pablo Iglesias Turrión, Secretario General de Podemos (pronunciado en la Puerta del Sol de Madrid el 31 de enero de 2015)
“Qué bonito es ver a la gente haciendo historia. Es emocionante ver a un pueblo sonreír en la puerta del Sol. Un pueblo con voz de gigante que pide cambio, justicia social y democracia. Veo aquí gente digna. Veo aquí la esperanza de construir entre todos un futuro mejor. Veo aquí soñadores. Bona tarda. Arratsaldeon. Boas tardes. Bienvenidos a Madrid.
Hay que soñar, pero soñamos tomándonos muy en serio nuestros sueños. La Puerta del Sol, otra vez símbolo de futuro, de cambio, de dignidad y de valor. 2 de mayo de 1808, no fueron los reyes ni los generales ni los brillantes regimientos del Palacio Real los que se opusieron a la invasión. Fue el pueblo de Madrid, ese que hoy está en la calle con nosotros, el que compró con sacrificio la dignidad frente a una invasión intolerable. Fueron los de siempre, los de abajo, los humildes, los que se enfrentaron a la vergüenza y la cobardía de unos gobernantes que sólo defendían sus privilegios sin importarles nada más. Esa gente valiente y humilde está en nuestro ADN y estamos orgullosos.
Más de 100 años después, mirando al balcón que está debajo de ese reloj, hubo gentes que soñaron una España moderna y democrática en la que no hubiera diferencias entre hombres y mujeres. En la que todos los niños tuvieran una escuela pública a la que ir. En la que la oscuridad y la ignorancia fueran sustituidas para siempre por la justicia social y el progreso. Esa gente valiente está en nuestro ADN y estamos orgullosos.
Esta Puerta del Sol vio a esas gentes valientes, humildes. Los de abajo. Los que siempre salieron a defender la democracia y la justicia cuando el totalitarismo y el terror se cernieron sobre nuestro país. Esa gente valiente está en nuestro ADN y estamos orgullosos.
Cuando no había libertades, esta Puerta del Sol vio a jóvenes estudiantes y trabajadores jugárselo todo por la dignidad de nuestro país. Estamos orgullosos de esa gente. Esta Puerta del Sol vio la recuperación de las libertades y aquel 15 de mayo vio a millares de jóvenes gritar ‘no nos representan’, ‘queremos democracia’. Esa gente valiente está aquí ahora. Vosotros sois la fuerza del cambio. Gracias por estar aquí.
Hoy en esta Puerta del Sol soñamos. Pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. Hoy soñamos un país mejor. Pero no hemos llenado la Puerta del Sol para soñar, sino para hacer nuestros sueños realidad en 2015. Los sueños hay que empujarlos. Y este año vamos a trabajar para que el cambio político llegue. Este año comenzamos algo nuevo. Este año es el año del cambio y vamos a ganar las elecciones al Partido Popular.
Hay que soñar y nosotros soñamos, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. Atenas, Europa, enero de 2015, año del cambio. ‘Fisái i ánemos dimokratikís alayís stin Evropi’ [En Griego] (el viento del cambio empieza a soplar en Europa). Menos de una semana de nuevo Gobierno en Grecia: electricidad gratuita para 300.000 familias que no la podían pagar; suspensión de los procesos de privatización en puertos, de la compañía de electricidad y de 14 aeropuertos. Recuperación de la cobertura sanitaria para todos os ciudadanos. Reconocimiento de la nacionalidad griega todos los niños independientemente del color de su piel, readmisión de maestros despedidos, retirada inmediata de las alambradas que separaban al Parlamento de la gente. Y además, un primer ministro que no necesita jurar con corbata y cuyo primer acto simbólico es homenajear a los héroes de la Resistencia frente a la ocupación alemana. ¿Quién decía que no se puede? ¿Quién decía que un Gobierno no puede cambiar cosas? Hoy Grecia tiene un Gobierno del cambio. Hoy los Gobiernos italiano y francés reconocen que hay que poner límites a Merkel. A lo mejor es ella la que se queda aislada en Europa. En Grecia han perdido sus delegados. Ha perdido el delegado Samarás y ha perdido el delegado Rajoy que fue a Atenas a apoyar al Gobierno del fracaso. En Grecia, por fin, ha ganado el pueblo griego.
Soñamos, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. En Grecia se ha hecho más en seis días que lo que hicieron muchos Gobiernos en años. Yo sé que tendrán que afrontar dificultades. Yo sé que gobernar es difícil. Pero los que sueñan seriamente pueden cambiar cosas y hoy en Grecia hay un Gobierno serio, un Gobierno responsable, un Gobierno que trabaja para su pueblo. Muchos quieren vincular el destino de Podemos al destino del Gobierno griego. Apoyamos a nuestros hermanos, pero nadie hizo sus deberes por ellos y nadie hará los deberes de los españoles. A los ciudadanos españoles nos toca ahora ser protagonistas de nuestra historia y vamos a soñar, pero creyendo seriamente en nuestros sueños.
¿Qué ha pasado? ¿Qué ha pasado en este país? Esta situación de humillación y empobrecimiento no se explica sólo porque haya gobernado mala gente, no se explica porque sean negligentes, el problema es un modelo de país que ha puesto a trabajar al Estado contra la sociedad, una minoría que engordaba sus cuentas mientras que la minoría veía cómo las suyas adelgazaban, eso es la corrupción; robar las instituciones a la gente. La corrupción no son sólo sinvergüenzas que meten la mano en la caja, corrupción es que un 1% de ricos posea lo mismo que el 70% de la población, desde que empezó la crisis hay un 27% más de ricos exactamente el mismo porcentaje que españoles en riesgo de pobreza. Las personas atendidas por Cáritas han aumentado un 30% desde el inicio de la crisis. El mismo porcentaje que ha aumentado la venta de coches de lujo. ¡Eso es corrupción!
Las políticas del señor Rajoy no crean empleo, reparten miseria, empleos temporales y precarios por sueldos indignos, ¿esa es su recuperación?, ¿esa es su recuperación? El Comité Europeo de Derechos Sociales acaba de denunciar que el salario mínimo español no garantiza la vida digna. Casi ocho millones de trabajadores ganan por debajo de los mil euros o mucho menos ¿ésa es su recuperación? A ellos les tenemos que sumar cientos de miles de autónomos y de falsos autónomos, de pequeños comerciantes y de empresarios que hacen malabares para llegar a fin de mes. Son los defensores del totalitarismo de los recortes y la austeridad los que están rompiendo España. Ellos son los que rompen el consenso. Ellos son los antisistema. Los recortes y política de austeridad están dividiendo a nuestro país en dos: los que se han beneficiado y los que están peor que antes, los de arriba y los de abajo.
Durante mucho tiempo nos hicieron creer en mentiras, nos hicieron creer esa mentira según la cual las cosas funcionan si a los más ricos les va muy bien. Si a los ricos les va bien, a todos nos irá bien. Si los ricos están contentos y se les deja corretear a su aire la sociedad avanza y todos nos beneficiamos, ¡es mentira!, es un cuento que se ha transformado en pesadilla, pero ahora vamos a recuperar nuestro derecho a soñar a construir juntos un país mejor, un país para la gente. Sólo cuando los de abajo quieren y los de arriba no pueden se abre la posibilidad del cambio. Al cambio los de arriba lo llaman experimento y caos. Los de abajo lo llamamos democracia. ¿Qué es la democracia? La democracia es la posibilidad de cambiar lo que no funciona y lo que han hecho los gobiernos de este país no ha funcionado. Hoy no estamos aquí para protestar, estamos aquí porque sabemos que el momento es ahora. De que seamos capaces de aprovechar este momento depende lo que le va a ocurrir a una generación entera, a nuestros hijos e hijas, a nuestros mayores, a nuestros hermanos y hermanas, a nuestros jóvenes, a nuestro país. A todos ellos les debemos un país y un futuro mejor. Y por eso estamos aquí: no para protestar.
Soñamos, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. La tarea que tenemos delante la van a llevar a cabo los españoles que quieren cambio. Los españoles que quieren un país mejor, y soñamos sí, pero soñamos seriamente con un país donde los que se han visto obligados a irse puedan sacar un billete de vuelta, un país donde los que quieren sacar proyectos adelante puedan hacerlo sin tener que depender de los bancos. Un país donde acceder a una vivienda no se convierta en un calvario de por vida. Un país donde no se cobren sueldos de miseria, un país donde existan políticas que vacunen contra la exclusión y la pobreza. Hoy decimos a esos aristócratas arrogantes, a esa casta que insulta y miente: la libertad y la igualdad triunfarán.
Soñamos; pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. ¿De qué hablamos cuando soñamos con un cambio? Queremos un cambio que garantice las pensiones de los mayores, que se partieron la espalda trabajando. Queremos un cambio que potencie nuestras pymes y sirva para engrasar nuestro tejido empresarial, queremos que nuestra inversión en I+D+I se equipare a la media europea, queremos apostar por la industria innovadora, por la soberanía tecnológica, por la soberanía alimentaria y energética, queremos un cambio que abra la puerta a la economía verde para salir de un modelo del ladrillo improductivo, inestable y precario, que sólo produce precarios y autónomos asfixiados. Queremos un cambio en el modelo energético que no despilfarre, que apueste por las renovables y acabe con los monopolios.
Queremos un cambio en el mercado laboral para producir y competir mejor, en lugar de abaratar el despido y bajar los salarios. Queremos un cambio que ponga en orden las cuentas, saber en qué y cómo gastamos, hay que afrontar una batalla sin cuartel contra el fraude fiscal. Hacerlo es garantizar los derechos para todas las personas.
Soñamos, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. Y soñamos con un país donde nadie se quede fuera. Donde cualquiera pueda calentarse en invierno. Donde no haya una sola familia sin techo donde pasar la noche. Nunca más un país sin su gente. Por eso es necesario desplegar un plan de rescate ciudadano que ponga todo su empeño en parar la sangría y la asfixia que impide la recuperación. Hay que destinar recursos de urgencia nacional a aquellos sectores más vulnerables y excluidos. Hay que hacer caso a los premios Nobel y reestructurar la deuda. Esta reestructuración tiene que rigurosa, solvente y honesta. Tiene que ser acorde con la cuarta economía del euro como es España. Lo que está en juego hoy en Europa y en España es la propia democracia. Y frente al totalitarismo financiero nosotros estamos con la democracia.
Hace unos días se reunían en el Foro de Davos los grandes inversores mundiales. 1.700 jets privados llegaron para discutir del cambio climático. Hay que recordarles que la soberanía europea no está en Davos, no está en el Bundesbank, no está en la Troika, no es de Merkel. La soberanía europea es de los ciudadanos. Basta ya de secuestra la soberanía, basta ya de Gobiernos cobardes que no defienden a sus pueblos.
Soñamos, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. Y hoy soñamos con una Europa de los ciudadanos. No de los mercaderes y los bancos. Una Europa de la gente y de los pueblos. Permitidme que salude a unos cuantos soñadores. Esos jóvenes que llenaron las plazas de mayo, esos ciudadanos ejemplares que pararon desahucios con sus cuerpos jugándose la libertad. Esos héroes y heroínas de las batas blancas que defendieron el derecho a la salud y el trabajo digno para los profesionales sanitarios. Esos enfermos de hepatitis que tuvieron que ocupar hospitales para reivindicar su derecho a vivir. Esa marea verde que nos recordó que no hay democracia sin una educación pública de calidad. Esa clase obrera valiente, trabajadores de AENA, trabajadores de Coca-Cola: sois un ejemplo. Esos abuelos y abuelas incansables a los que llaman ‘yayoflautas’, que defendiendo su dignidad defienden la de sus hijos y la de sus nietos. Esos millares de jóvenes exiliados que nos están viendo por ‘streaming’: os prometo que construiremos un país para que podáis volver. Esas mujeres que tuvieron que recordar que nadie tiene el derecho a decidir sobre sus cuerpos. Esos estafados por las preferentes que señalaron cómo los ladrones más peligrosos usan gomina y corbata. Esos estudiantes que fueron la vanguardia de la comunidad universitaria. Esos trabajadores migrantes, nadie tiene derecho a llamaros extranjeros en España. Gracias. Gracias a todos por ser ese movimiento popular sin el cual el cambio no será posible en nuestro país.
Soñamos, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. Algunos dicen que España es una marca. Creen que todo se puede comprar y vender. Nosotros amamos a nuestro país, que hunde sus raíces en una historia de lucha por la dignidad. Los que creen que todo se puede comprar y vender querían convertir a aquel caballero de triste figura en una marca. En márketing. Malditos sean aquellos que quieren convertir nuestra cultura en mercancías.
Decía Antonio Machado, a través de su Juan de Mairena, que aquel hidalgo loco era un ejemplo; un ejemplo de nobleza y valor frente a la injusticia, decía que a veces hacen falta locos dignos que se enfrenten a los poderosos, hacen falta soñadores valientes que sepan soñar un mundo mejor y que se atrevan a llamar a las cosas por su nombre. Hacen falta soñadores que se atrevan a defender a los de abajo, que se atrevan a enfrentarse a los de arriba. Hacen falta Quijotes. Estamos orgullosos de ese soñador a caballo, de ese español universal. No permitamos que los traidores conviertan al Quijote en una marca, no permitamos que compren y vendan la dignidad y la belleza, no permitamos que compren y vendan las sonrisas, el derecho de nuestra gente a sonreír no se vende, el derecho a tener escuelas y hospitales no se vende, la soberanía no se vende.
Nuestra patria no es una marca, nuestra patria es la gente. Han querido humillar a nuestro país con esa estafa que llaman austeridad. Nunca más España sin sus gentes, nunca más España como marca para que hagan negocios los ricos. No somos una marca, somos un país de ciudadanos, soñamos como don Quijote, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños. Y hoy decimos patria con orgullo y decimos que la patria no es un pin en la solapa, no es una pulsera. La patria es esa comunidad que asegura que se protege a todos los ciudadanos, que respeta la diversidad nacionalidad, que asegura que todos los niños, sea cual sea el color de su piel, van limpios y calzados a una escuela pública, la patria es esa comunidad que asegura que a los enfermos se les atiende en los mejores hospitales con los mejores medicamentos. La patria es esa comunidad que nos permite soñar un país mejor, pero creyendo seriamente en nuestros sueños. Madrid, Europa, 31 de enero de 2015, año del cambio. Podemos soñar, podemos vencer”.