17.9.10
Europa zozobra
Sarkozy se enfrenta a Barroso por los gitanos, pero logra el apoyo gremial de los líderes de la Unión
Las deportaciones de gitanos iniciadas este verano por el Gobierno de Nicolas Sarkozy han generado una crisis en la Unión Europea con escasos precedentes. Francia, un país fundador de la UE y motor, junto a Alemania, de las políticas comunitarias, se encontró ayer merecidamente contra las cuerdas a cuenta de una política que choca con los principios europeos de libre circulación de movimientos y no discriminación racial. Frente a la pasividad con la que Europa asistió hace dos años al censo de gitanos lanzado por Berlusconi en Italia, el populismo de Nicolas Sarkozy encontró ayer una respuesta a la altura por parte de la Comisión Europea, en abierto contraste con el sonrojante apoyo de la mayoría de líderes de la UE reunidos en el Consejo Europeo, que optaron por un diplomático pragmatismo de bajo vuelo.
Contra todo pronóstico, dada su inicial tibieza respecto a este asunto, Barroso le mantuvo el pulso a Sarkozy. Como resultado, la Comisión, guardiana de los Tratados y, por tanto, de los principios fundamentales que cohesionan a la ciudadanía europea, sale moralmente reforzada de este envite. La sintonía demostrada en esta ocasión con el Parlamento Europeo, la primera institución que clamó contra las deportaciones, será un apoyo importante a la hora de tomar, en un par de semanas, la decisión definitiva sobre el procedimiento de infracción contra Francia.
La cara más amarga de la crisis abierta en Europa fue el movimiento táctico y oportunista de la mayoría de los mandatarios que se aprestaron a arropar a Sarkozy. Para ello contaron con la involuntaria colaboración de quien destapó el escándalo, la comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding, quien comparó las expulsiones con las deportaciones de minorías por los nazis.
Los presidentes y primeros ministros del Consejo no desaprovecharon la oportunidad para desviar la atención de la cuestión fundamental, algo que hizo con especial énfasis Rodríguez Zapatero, sin tener en cuenta que Reding ya había pedido excusas la víspera. Es muy preocupante el espectáculo ofrecido por el español, como el de Angela Merkel, al equiparar el atropello que se está cometiendo contra cientos de gitanos con las declaraciones de la comisaria. Nadie osó criticar, en cambio, el exceso verbal del propio Sarkozy cuando desafió a Luxemburgo (país de la comisaria) a acoger allí a los gitanos. El respeto que reclamó Zapatero debió demandárselo en primer lugar al arrogante autor de esa provocación.
Ya se verá si la solidaridad gremial de los líderes con Sarkozy resulta eficaz. La deportación de gitanos iniciada por París ha generado un nivel de crítica sin precedentes mundialmente, Washington incluido, y ha provocado desencuentros con otros socios europeos, como Austria o Bulgaria. También merece los máximos reproches la connivencia demostrada ayer por un Gobierno como el español, que se dice socialista y atento a la ampliación de los derechos de los ciudadanos.
(Editorial del diario El País, publicado hoy)
Las deportaciones de gitanos iniciadas este verano por el Gobierno de Nicolas Sarkozy han generado una crisis en la Unión Europea con escasos precedentes. Francia, un país fundador de la UE y motor, junto a Alemania, de las políticas comunitarias, se encontró ayer merecidamente contra las cuerdas a cuenta de una política que choca con los principios europeos de libre circulación de movimientos y no discriminación racial. Frente a la pasividad con la que Europa asistió hace dos años al censo de gitanos lanzado por Berlusconi en Italia, el populismo de Nicolas Sarkozy encontró ayer una respuesta a la altura por parte de la Comisión Europea, en abierto contraste con el sonrojante apoyo de la mayoría de líderes de la UE reunidos en el Consejo Europeo, que optaron por un diplomático pragmatismo de bajo vuelo.
Contra todo pronóstico, dada su inicial tibieza respecto a este asunto, Barroso le mantuvo el pulso a Sarkozy. Como resultado, la Comisión, guardiana de los Tratados y, por tanto, de los principios fundamentales que cohesionan a la ciudadanía europea, sale moralmente reforzada de este envite. La sintonía demostrada en esta ocasión con el Parlamento Europeo, la primera institución que clamó contra las deportaciones, será un apoyo importante a la hora de tomar, en un par de semanas, la decisión definitiva sobre el procedimiento de infracción contra Francia.
La cara más amarga de la crisis abierta en Europa fue el movimiento táctico y oportunista de la mayoría de los mandatarios que se aprestaron a arropar a Sarkozy. Para ello contaron con la involuntaria colaboración de quien destapó el escándalo, la comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding, quien comparó las expulsiones con las deportaciones de minorías por los nazis.
Los presidentes y primeros ministros del Consejo no desaprovecharon la oportunidad para desviar la atención de la cuestión fundamental, algo que hizo con especial énfasis Rodríguez Zapatero, sin tener en cuenta que Reding ya había pedido excusas la víspera. Es muy preocupante el espectáculo ofrecido por el español, como el de Angela Merkel, al equiparar el atropello que se está cometiendo contra cientos de gitanos con las declaraciones de la comisaria. Nadie osó criticar, en cambio, el exceso verbal del propio Sarkozy cuando desafió a Luxemburgo (país de la comisaria) a acoger allí a los gitanos. El respeto que reclamó Zapatero debió demandárselo en primer lugar al arrogante autor de esa provocación.
Ya se verá si la solidaridad gremial de los líderes con Sarkozy resulta eficaz. La deportación de gitanos iniciada por París ha generado un nivel de crítica sin precedentes mundialmente, Washington incluido, y ha provocado desencuentros con otros socios europeos, como Austria o Bulgaria. También merece los máximos reproches la connivencia demostrada ayer por un Gobierno como el español, que se dice socialista y atento a la ampliación de los derechos de los ciudadanos.
(Editorial del diario El País, publicado hoy)
Etiquetas: europa, ideología, opinión, racismo, socialismo, zapatero
1 Comments:
Pues yo que quieres que te diga. Todo aquel ciudadano, europeo o no, blanco o no, musulmán o no, gitano o no, que NO SE INTEGRE, QUE NO LE INTERESA INTEGRARSE Y ESPERATE SENTADO SI ESPERAS QUE LO HAGA, me parece bien que se vaya con viento fresco. Ojo: no a la cámara de gas como dice la caradura de Reding, si no a su casa, a su país, con todos los gastos pagados.
By 17 de septiembre de 2010, 17:52
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