23.4.14
Kurt Cobain y un ama de casa de Cuenca
Quien dice de Cuenca dice de cualquier otro lado. El hecho es que han pasado 20 años del suicidio de Kurt Cobain y, entre el fárrago de la actualidad y los problemas gravísimos que nos vomitan a cada hora la radio y la tele, esa conmemoración -la de la muerte de un músico- se antoja una cuestión menor. Hace dos décadas un ama de casa de Cuenca que hoy tenga 45 años tenía 25. Lo mismo vale para un auxiliar administrativo de Logroño en paro. Quizá ambos fueron admiradores de Kurt Cobain y llevaban pantalones rotos y camisas de cuadros y ahorraron para unas botas imitación de Dr. Marteens e incluso hasta se decoloraron el pelo. Kurt Cobain era un tipo raro, de un país lejano. Ahora tendría cuarenta y muchos años. Es verdad que aquí, y en todas partes, recibió un seguimiento masivo, pero en seguida fue olvidado por las radiofórmulas y volvió a convertirse en lo que siempre fue: un personaje minoritario con una actitud subversiva al que la industria trató de asimilar, exprimir y neutralizar. Y lo consiguió. Hoy la cara de Kurt Cobain en una camiseta significa lo mismo que la del Che o la de Marilyn Monroe: nada.
(Artículos publicados en La Marea)
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