1.6.07
Liiiiii-del!!!!
Frustración, como poco, es el sentimiento que se apodera estos días de muchos votantes socialistas de Madrid. Frustración, por haber perdido, pero quizá más, en incluso indignación, por el lamentable espectáculo que está ofreciendo el Partido Socialista de Madrid. Una lucha barriobajera por el poder.
Frustración, también, porque los madrileños han votado mayoritariamente al alcalde de los mil accidentes laborales en la M-30 que se inunda, el alcalde que faltó a la manifestación de los sindicatos por la muerte de dos ciudadanos ecuatorianos por un atentado de ETA. El alcalde, amigo íntimo (cuando menos) de la testaferro del principal implicado en la mayor trama de corrupción urbanística y blanqueo de dinero que se recuerda en España.
Frustración, porque los madrileños han votado a una candidata a la Comunidad que les ha mentido. Que les decía que había dos millones de manifestantes en las convocatorias de la AVT, cuando sólo había algunos cientos de miles. La candidata que se ha hecho fotos con incubadoras de atrezzo durante la campaña, y que declaró que su sueldo no le daba para llegar a fin de mes, entre otras lindezas.
Los madrileños han ignorado todo eso, lo cual suscita un debate sobre hasta qué punto sirve de algo informar. Hasta qué punto los votantes de Madrid han estado informados o qué uso han dado a la información que han recibido. A los madrileños les compensaba tragarse todos los desmanes del PP antes que votar a un Partido Socialista Madrileño en coma profundo.
El PP tiene vía libre para hacer lo que quiera en Madrid, y el PSOE (e Izquierda Unida, no olvidemos que tuvo una gravísima crisis preelectoral), puede seguir autodestruyéndose.
Sebastián ha sido un mal candidato que al menos tuvo el valor de presentarse en una plaza donde nadie quería (ni el "valiente" Bono) torear. Ahora los suyos se ceban en él.
En los cuatro años que tenemos por delante cabe preguntarse si el PSOE, por primera vez en 20 años, se tomará en serio Madrid y logrará designar dos auténticos candidatos de peso. Alguno, quizá, debería abandonar su retiro dorado y ponerse a trabajar.
Frustración, como poco, es el sentimiento que se apodera estos días de muchos votantes socialistas de Madrid. Frustración, por haber perdido, pero quizá más, en incluso indignación, por el lamentable espectáculo que está ofreciendo el Partido Socialista de Madrid. Una lucha barriobajera por el poder.
Frustración, también, porque los madrileños han votado mayoritariamente al alcalde de los mil accidentes laborales en la M-30 que se inunda, el alcalde que faltó a la manifestación de los sindicatos por la muerte de dos ciudadanos ecuatorianos por un atentado de ETA. El alcalde, amigo íntimo (cuando menos) de la testaferro del principal implicado en la mayor trama de corrupción urbanística y blanqueo de dinero que se recuerda en España.
Frustración, porque los madrileños han votado a una candidata a la Comunidad que les ha mentido. Que les decía que había dos millones de manifestantes en las convocatorias de la AVT, cuando sólo había algunos cientos de miles. La candidata que se ha hecho fotos con incubadoras de atrezzo durante la campaña, y que declaró que su sueldo no le daba para llegar a fin de mes, entre otras lindezas.
Los madrileños han ignorado todo eso, lo cual suscita un debate sobre hasta qué punto sirve de algo informar. Hasta qué punto los votantes de Madrid han estado informados o qué uso han dado a la información que han recibido. A los madrileños les compensaba tragarse todos los desmanes del PP antes que votar a un Partido Socialista Madrileño en coma profundo.
El PP tiene vía libre para hacer lo que quiera en Madrid, y el PSOE (e Izquierda Unida, no olvidemos que tuvo una gravísima crisis preelectoral), puede seguir autodestruyéndose.
Sebastián ha sido un mal candidato que al menos tuvo el valor de presentarse en una plaza donde nadie quería (ni el "valiente" Bono) torear. Ahora los suyos se ceban en él.
En los cuatro años que tenemos por delante cabe preguntarse si el PSOE, por primera vez en 20 años, se tomará en serio Madrid y logrará designar dos auténticos candidatos de peso. Alguno, quizá, debería abandonar su retiro dorado y ponerse a trabajar.
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